Cómo Pizza con piña me hizo replantearme mi carrera como desarrollador [Instrospección]


Este post va a ser un caos, tengo muchas ideas sueltas en la cabeza que quiero contar, y no tengo idea de cómo hilarlas. Me disculpo por la pobre narrativa.

Llevo poco más de un año con el nickname de NachoDev. Ya había cursado por un año una especialización en videojuegos que me ofreció mi universidad. Y usaba el nick de NachoDev en las tareas de ese curso. Sin embargo, mi primer proyecto propio fuera de clases lo anuncié con el siguiente tuit:

Se trata del anuncio del prototipo de Luna’s Jump, un fangame que hice para la vtuber Rurine Luna, perteneciente a la agencia de vtubers llamada Wactor.

El desarrollo duró seis meses, Luna lo jugó en directo, y yo fui la persona más feliz del mundo en esas tres horas que duró el stream.

Más o menos para noviembre desarrollé otro llamado Surf Me to the Moon, igualmente para Luna Rurine como regalo de cumpleaños, pero por diversos motivos nunca lo jugó.

Luego del gran escándalo con Wactor (caso que traté en un anterior post) tuve que borrar ambos juegos de la existencia, tanto de la playstore como de itch.io. Es lo que tiene hacer juegos de personajes que no son tuyos, que luego viene el que sí tiene los derechos, arma un caos y luego eres tú quien tiene que quitarse esos proyectos de encima porque no quieres que se te relacione con esa nefasta empresa.

Hoy estoy en cero. Si me preguntas qué juegos tengo, pues no tengo ninguno publicado. Solo tengo un par de minijuegos que desarrollé mientras llevaba el curso de videojuegos, y que solo están acumulando polvo en mi computadora.

Y aquí es donde aparece Piña con Pizza, de Majorariatto.

 


Diez minutos, tal vez menos. Un juego que le supuso un dolor de cabeza a sus creadores. Y sin embargo, más que la amarga sensación que te deja el impactante final del juego, pude sentir otra cosa: decepción de mi mismo.

Porque me hago llamar NachoDev, pero soy un Dev sin juegos. No merezco llamarme así.

Pizza con piña está hecho con amor. Amor a los videojuegos. Amor al arte. Amor a crear. Amor a transmitir un sentimiento, un sabor.

Pero también está hecho con otra cosa: esfuerzo. Mucho esfuerzo. Un esfuerzo que llevo casi medio año sin poner en ningún proyecto.

Cuando veo hoy mis propios juegos, luego de medio año después de haber completado la especialización en desarrollo de videojuegos en mi universidad, lo que veo es a un amateur que juega de desarrollador. Alguien sin experiencia. Alguien que se autoproclama developer, pero que en realidad no ha hecho nada del otro mundo.

No sé hacer transiciones, no sé hacer cinemáticas, no sé hacer un sistema de diálogo sencillo que yo pueda comprender.

No sé hacer nada.

Me siento como esos niños que juegan fútbol con sus amigos en la plaza del pueblo, y les gusta imaginar que son colegas de sus ídolos que juegan en las grandes ligas.

Pizza con piña supuso un duro golpe de realidad, de darme cuenta de que en realidad no soy más que un tipo random que hace esto por hobbie.

Pero bueno, eso solo significa que solo puedo mejorar, ¿no? Y eso solo pasará si me tomo a mi mismo en serio, con un proyecto nuevo, original mío, lo suficientemente ambicioso como para que suponga un reto, pero no lo suficiente como para que sea imposible.

Lo quiero hacer, pero primero voy a tratar de publicar todos los minijuegos que he hecho en la Playstore. De esta manera, ya no seré más un desarrollador de fantasía sin ni un solo proyecto publicado, sino un desarrollador de fantasía que ha publicado en la Playstore varios juegos triple A:

Amateur

mAlos

Altamente cringe

 

Gracias Pizza con piña, me echaste el balde de agua fría que necesitaba.

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