Redes sociales: el ajedrez del mundo digital [Finanzas]

 

Para nadie es un secreto el crecimiento vertiginoso que ha tenido internet: en unas pocas décadas se ha deborado al mundo, y nos ha traído en poco más de treinta años un crecimiento mayor al que Tim Berners-Lee (creador del lenguaje HTML) pudiera haber imaginado nunca.

Estando ya en la quinta versión del lenguaje que da forma a la web, creo que es conveniente que demos un paso hacia atrás y veamos cómo está afectando específicamente al mundo laboral.


1. Las bolsas de empleo.


Bueno, es obvio que uno de los mayores saltos fue que las bolsas de empleo ahora se encuentran en internet. Páginas como MercadoLibre o ElEmpleo recogen las ofertas que antes se publicaban en los anuncios clasificados en periódicos físicos. Y esto es muy conveniente para las empresas, pero muy desventajoso para aquellos que buscan empleo.

Puesto que antes tenían que enviar sus currículums físicamente a las empresas, siempre podían contar con la esperanza de que, por casualidad, el currículum que tomara el reclutador de entre la montaña de solicitudes fuera la suya. Pero ya no pueden ni siquiera fiarse de la suerte, porque estas páginas de bolsa de empleo tienen algoritmos que le facilitan mucho la vida a los reclutadores, y solo les muestran a los cuatro o cinco más aptos según ese algoritmo. La suerte se les terminó.

El mercado laboral se ha vuelto más feroz que nunca, donde al parecer solo consiguen empleo los que a los 25 años tienen un doctorado en economía y administración de empresas con énfasis en desarrollo de software con 10 años de experiencia laboral, y que no aspiran a más que el salario mínimo.

Suena ridículo, pero en verdad así son las ofertas de empleo que se ofertan en estos sitios. Y esto se debe principalmente a ciertos factores que voy a desarrollar brevemente.

2. La excesiva saturación de oferta en ciertas carreras.


Dos chicas bebiendo café

Administradores de negocios, contadores y diseñadores gráficos buscando empleo los encontramos hasta debajo de las piedras. 

Y la verdad es que las empresas ya no necesitan tantos de esos como antes, por lo que, si es que llegaran a necesitar alguno, solo escogerán a lo mejor de lo mejor. Por eso es que ponen esa lista tan absurda de requisitos: para reducir la cantidad de currículums que les llegan, pues saben que para esas vacantes les van a llover miles y miles de ofertas.

3. El grueso del mercado no fue preparado para la era digital.


El mercado y la tecnología se mueven mucho más rápido de lo que lo pueden hacer los planes de estudio de las universidades. Hay muchísimos administradores y contadores a los que, como mucho, les enseñaron a usar Excel. No están preparados en ámbitos como el márketing digital, teletrabajo, cloud computing o seguridad informática.

Y las empresas necesitan profesionales especializados en estas ramas. Un Comunity Manager que esté al corriente de las últimas tendencias en memes es increíblemente más valioso que un experto en márketing tradicional de anuncios de televisión o periódico (véase el caso del CM de KCF España en Twitter).

Y es que la verdad es que el grueso de la población que busca empleo se ha quedado atrás en muchísimos aspectos, sobre todo a la hora de presentar sus currículums y de tener una buena presencia en redes sociales.

4. Los currículums impresos ya no sirven.



La era de ir con una metralleta repartiendo currículums a cuanta empresa se nos cruzara para luego esperar a que nos llamen quedó atrás.

Yo mismo me vi, luego de que me gradué de la secundaria con el bachillerato y un técnico en contabilidad financiera, repartiendo currículums a un total de 50 empresas. 
Solo un par me entrevistaron, y ninguna de ellas me contrató.

Los dos empleos que he tenido (administrador de una papelería/fotocopiadora [bueno, en realidad el único empleado de esa fotocopiadora] y auxiliar contable para la parroquia de mi ciudad) los obtuve gracias a recomendaciones personales de grandes amigos míos a los que les debo muchísimo, pero no fue porque yo tuviera algo destacable por sobre el resto de competidores.

En un mercado tan saturado como lo es el laboral, no me dí cuenta de que nunca le puse el cuidado suficiente a un aspecto fundamental que casi siempre se infravalora por parte de los desempleados: su presencia en redes sociales. 

5. Somos quienes somos en internet.


Comunity Manager


Cuando una empresa encuentra un ofertante interesante, lo primero que va a hacer es buscarlo en redes para ver cómo es ésa persona.  Y ése es el segundo gran filtro, después del algoritmo de las bolsas de empleo, al que nos enfrentamos y para el cual casi nadie se prepara.

Cuáles memes compartes en facebook, qué twiteas, qué fotos publicas en Instagram, tu perfil en LinkedIn, si tienes tu propia página web, si tu dirección de correo es profesional o si es "noobmaster69@email.com"... Lo escrutan todo, porque no quieren arriesgarse a contratar a alguien que publica cosas racistas en Twitter, por ejemplo.

El grueso laboral no le presta atención a sus redes sociales. No tienen el cuidado de estar revisando periódicamente si lo que comparten les puede traer problemas en el futuro. No se preocupan por tener actualizados sus perfiles... Simplemente sus redes no les importan porque creen que su vida personal y laboral está separada en Internet, cuando no es así. 

Pero a las empresas sí que les importan las redes sociales de sus candidatos  porque son un muy claro ejemplo de cómo somos nosotros en la vida real, y les da una mejor noción de lo que somos que lo que dice nuestro currículum. Porque sí, podremos ser todo lo licenciado en administración que querramos, que ese cartón no dice absolutamente nada de nuestra personalidad.

Próximamente les hablaré de cómo mejorar nuestra presencia en redes.

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